lunes, 30 de agosto de 2021

Llega septiembre...


                                      y con él, el inicio del curso...


                                                                                   Ilustración de Èlia Meraki


Para algunos niños y niñas es volver a la rutina, a un espacio que ya conocen con su grupo- clase y personas de referencia en el contexto educativo, como son sus profes. 
Sin embargo, hay niños y niñas que es su primer contacto con ese centro, o es la primera vez que van a estar escolarizados o escolarizadas.

Sea como sea, el periodo de adaptación requiere ser planificado y tratado como se merece: con tiempo, con respeto, flexibilidad y paciencia.

A mis ojos, es imprescindible haber tenido una reunión inicial con las familias previa a la entrada, para conocernos, tener un primer contacto y sentir que todos colaboramos en este proceso tan vital para la vida escolar y personal de los y las peques. 

Para mí resulta muy enriquecedoras y necesarias estas reuniones. Como digo en la guía del cuento ¿Ya vas al cole? "No debe ser fácil para estas familias hacer uno de los mayores actos de fe de sus vidas: dejar a sus pequeños y pequeñas con personas que apenas conocen. Por ello, desde mi punto de vista, resulta necesario promover un cambio en la manera de intervenir en este periodo, fomentando una adaptación pausada, individualizada y proporcionando el espacio y los recursos necesarios".

Muchas familias me preguntan que cómo podemos acompañarlos en el periodo de adaptación. 
Aquí os dejo un listado con unas recomendaciones fruto de mi experiencia profesional y personal que podréis ver más desarrolladas en la guía que acompaña al propio cuento.

1- Validar y acompañar sus emociones
2- Bienvenida ira
3- Proporcionar mensajes en positivo
4- Tabla de rutinas
5- premios/ castigos versus enfoque en soluciones
6- Evitar que haya cambios antes del inicio del cole
7- Familiarizarnos con el colegio y las personas que trabajan allí
8- Entrevista previa con el tutor o la tutora
9- estar disponibles y presentes durante el periodo de adaptación
10- ser conscientes que puede haber retrocesos
11- dejar nuestros miedos como padres y madres
12- ser conscientes de nuestra fuerza como colectivo de padres y madres

Como docente, tengo muy en cuenta crear un ambiente cálido en mi aula y muy especialmente en este periodo. ¿Cómo podemos hacer esto?
A rasgos generales, me centro en una premisa: proporcionar a mi alumnado el bienestar que se merece y necesita así como transmitirles que la escuela es un lugar de encuentro agradable.

Para ello, ofrezco diariamente espacios para estar de forma personalizada con cada uno y cada una y muy especialmente en las entradas. Las salidas son también igual de importantes y por ello es necesario hacerlas de forma relajada y personal, que puedan quedarse con un buen sabor de boca.

Las primeras semanas, sin duda es un espacio para conocernos, empezar a crear vínculos e ir mostrando paulatinamente las rutinas y espacios de clase. 
El juego, el afecto, los cuentos, las canciones, la diversión y el acompañamiento son constantes siempre y muy especialmente en esta etapa. 

Como docente, me hago servir siempre de la observación directa y sistemática para proporcionarles un acompañamiento respetuoso e individualizado. Es necesario ir adaptando nuestra planificación de la jornada escolar a los ritmos de nuestro alumnado.

¿Cuándo podemos decir que un grupo-clase está adaptado?

Es clave observar que el grupo-clase se desenvuelve con cierta autonomía por el aula, ha comenzado a establecer relaciones de apego hacia sus compañeros y compañeras y hacia los  adultos y adultas que entramos y estamos en el aula así como se interesa por participar y se muestra receptivo y receptiva. 

Una vez pasado el primer mes me gusta reunirme con las familias a nivel general para comentar cómo ha ido el primer mes de clases, así como comenzar a planificar las reuniones personalizadas con las familias durante este primer trimestre que se repetirán en los dos próximos. 

Una comunicación fluida y constante entre familia y escuela para mí es imprescindible. No puedo entender la educación sin esta premisa.

Y ahora, antes de despedirme, me gustaría pedirte algo...

Cierra los ojos por un momento y piensa que tienes tres años o quizá aún no los has cumplido. ¿Cómo crees que puedes sentirte en un espacio  y con personas que desconoces? ¿Qué emociones pueden florecer en un lugar donde tu figura principal de apego no se encuentra?

Te leo en comentarios...

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