viernes, 4 de septiembre de 2020

ACOMPAÑANDO EN EL PERIODO DE ADAPTACIÓN


 “El periodo de adaptación es el proceso mediante el cual el niño o la niña va asimilando, desde el punto de vista emocional, la pérdida y ganancia que le supone separarse de su entorno familiar y llega, voluntariamente, a una aceptación interna de la nueva situación. Eso sí, siempre me gusta aclarar que no debemos confundir la aceptación con la resignación”


Este párrafo lo podéis encontrar dentro de la pequeña Guía para padres/madres/educadores con herramientas para el acompañamiento respetuoso para el inicio del cole, dentro del cuento “¿Ya vas al cole?”, escrito por mí e ilustrado por la gran Èlia Meraki. 

Como maestra de infantil el acompañamiento respetuoso en el periodo de adaptación siempre me ha parecido clave y este año, especialmente, más.

Nos encontramos ante una situación histórica y delicada en muchos ámbitos. 

Es necesario, desde mi punto de vista, qué más que nunca estemos acompañando la EMOCIÓN de nuestros pequeños y pequeñas.

Entiendo que no es tarea fácil cuando nosotros y nosotras también estamos lidiando con nuestros propios miedos.

No es fácil y por ello tenemos que intentar cuidarnos al máximo (el clásico autocuidado) y también acompañar nuestra propia emoción y todo lo que aflora de ella.

Si ponemos la mirada en los niños y niñas, nos encontramos que a parte de la situación de desconcierto y no entendimiento que estamos viviendo, se le suma que ellos y ellas, por su edad evolutiva, carecen de herramientas para poder gestionar sus propias emociones.

Más que nunca hay que repensar la educación y dar un paso en frente para dar cabida a validar, acompañar, normalizar y ayudar a gestionar todas las emociones (tanto las consideradas “buenas” como las “malas”). 

Es necesario armarnos de paciencia y flexibilidad, por supuesto pero sobre todo de PRESENCIA. Estar ahí disponibles para que ellos y ellas puedan sentirse mirados, escuchados y acompañados.

El “tiempo especial” para mí es una herramienta estrella tanto en casa como en el aula.

¿En qué consiste? 

En la Disciplina Positiva, en la cual me he formado, el tiempo especial es un tiempo en exclusividad, al 100% (sin móviles, sin distracciones), con cada uno de nuestros/as hijos/as/.

Es muy importante que lo verbalicemos:” Qué ganas tengo de nuestro momento especial juntas” o “Ahora es nuestro momento especial para nosotros dos, ¿qué te apetece que hagamos?”,...

Esta herramienta es clave porque:

❣️Sienten que son importantes para nosotros y eso es una necesidad básica.

❣️Nos recuerdan que hemos tenido hijos e hijas para disfrutarlos.

❣️Cuando estamos ocupados/as es más fácil aceptar la espera si saben que habrá un tiempo especial programado para ellos/as.

En este tiempo especial, de atención no dividida, que puede ser diario (con menores de 6 años así se recomienda) o con la frecuencia con la que la familia pueda organizarse o dependiendo del día , es muy necesario propiciar que el menor sea quién decida qué quiere hacer y, de esta manera, con nuestra presencia y mirada será más fácil que nos “lleve” hacia dónde NECESITA.

✔️Os contaré un ejemplo, que quizá así resulte más fácil que se entienda. Nuestra hija mayor está por edad evolutiva en un momento de mucho juego simbólico; pero desde que empezó el confinamiento y ahora con su inminente entrada al cole por primera vez, más y más juega  a representar esas realidades: que si los muñecos van al médico porque hay un virus, que si el playmobil Victoria (se llama igual que ella una de los playmobil) está preparando las cosas para ir al cole y tiene vergüenza de la maestra o le da pena separarse de mamá, ...y cuando le dedicamos ese tiempo en exclusividad del que os estoy hablando, tanto a mi marido como a mi nos pide juego simbólico y allí ella se siente segura, relajada, para evocar sus preocupaciones, emociones y percepciones bajo nuestra mirada. 


Si esto lo trasladamos a las aulas, veo y siento que este año muy especialmente será necesario utilizar herramientas que sostengan y acompañen la emoción. Este curso escolar más que nunca, a mi parecer, lo académico va a tener que ser relegado a un segundo plano. Es necesario, no lo voy a negar, pero no es lo urgente. Como siempre me ha dicho mi abuela: “Maribel, detrás del 1, el 2” y ya sabemos que las abuelas tienen mucha sabiduría.

“El tiempo especial”, como docente, para mí es una herramienta que me ha servido mucho. Obviamente, a diario no es viable tener un momento especial con cada uno/a en él aula,  pero si intentar estar atentos y atentas a cómo vienen nuestros alumnos y alumnas a clase y reservar nuestra atención plena y mirada hacia sus necesidades emocionales. Así como, intentar reservarnos un ratito a la semana con cada uno de nuestros alumnos y alumnas para estar ahí donde puedan apreciar y sentir que los sostenemos sin juicio. 


¿Qué herramientas os parecen vitales para esta etapa?


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